Ha sido un mes de lectura intensa y recogida, aunque la lecturista no muestre los frutos de la misma. Muchos aviones en compañía de Henning Mankell y su entrañable y desengañado Kurt Wallander.
Entre tanta investigación de ficción, merece una entrada la crudeza de la realidad de Dimitri Verhulst en su Miseria de las cosas. Situaciones cómicas a la vez que brutales componen la infancia del escritor y protagonista quien relata, con humor y sin rencores, la marginalidad feliz de aquellos que no esperan la aceptación ni favores de ningún entorno y sociedad que, aunque ignorada, impregna implacable las vidas de sus pobladores, alejando al pequeño, en favor de criterios que la salvaje fraternidad Verhulst no consigue entender, de su particular entorno familiar.
El final de la novela cierra el círculo de esos días pasados, asombrando desde el presente con la capacidad increíble que solo tiene la infancia de encajar ese entorno roto en un recuerdo entrañable.
De helaasheid der dingen
Dimitri Verhulst
Dimitri Verhulst
Lengua de trapo editorial
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