lunes, 5 de noviembre de 2012

Baila, baila, baila

Baila. Baila. Baila sin dejar de moverte en ningún momento, anda sin detenerte aunque se presenten extraños los acontecimientos a sortear. Este es el consejo que el sabio hombre carnero le da al protagonista de este relato; un quitanieves cultural, capaz de rellenar el hueco editorial con el artículo más inverosímil, aficionado a la cocina casera, perdido en un tiempo presente que no sabe habitar sin las presencias de ciertos fantasmas pasados. De Tokio a Sapporo, con parada vacacional en Hawai, a un ya no tan mítico Hotel Delfín que a pesar de todo conserva el poder de ser origen de todas las cosas. Quizás también final, aunque eso cada lector deberá descubrirlo recorriendo estas páginas que construyen un retazo de ese universo llamado Murakami, donde nada sobra pero todo falta en esta realidad entre cotidiana y surrealista en la que viven sus personajes.
Tusquets editores
Septiembre 2012
                                Porque las conexiones entre lugares se establecen de muy distintas maneras

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