Creemos conocer a los que amamos.
Con esta casi universal creencia empieza la historia del matrimonio Cook, en un alejado del colorista y tolerante San Francisco de nuestros días. Es 1953, la guerra de Corea espolea con sus últimos coletazos a una sociedad ya cansada y con muchos conflictos internos todavía por resolver. Los negros, todavía no pueden sentarse en el mismo lugar del bar donde lo hacen los blancos. Pero eso, al fin y al cabo, son los considerados grandes asuntos de trasfondo social que dejamos a las puertas del universo real que constituye nuestro hogar y la familia. Un territorio por el que creemos caminar en confianza, hasta que un tropiezo con el pasado, en las posibles mil formas en que la naturaleza envuelve el aspecto de los recuerdos, borra cualquier atisbo de seguridad, vagando en una cotidianidad nueva de incertidumbre y sospecha. Holland y Pearlie; una historia construida a base de sobreentendidos e intuiciones pero suya al fin y al cabo. Buzz y Pearlie, deconstruyendo sus narraciones y concibiendo la de terceros con un convencimiento que ninguna especulación puede jamás aportar. Final insospechado en un relato de sinuosas aproximaciones laterales que nos permitirán ir conociendo la vida de estos habitantes del Sunset, en un paseo a orillas del Pacífico.
Andrew S.GreerEdiciones Salamandra
Mayo 2012
Porque la línea recta también puede estar llena de sobresaltos