miércoles, 29 de febrero de 2012

El verano sin hombres


Una prosa siempre inteligente y llena de referencias literarias y filosóficas en las que, una vez finalizada la novela, puedes perderte descubriendo un nuevo panorama literario. No es mi primera experiencia con Siri Hustvedt y sin desmerecer las anteriores, debo decir que los parajes imaginarios de Bonden, escenario donde sucede la novela, me han proporcionado una lectura sosegada, sabrosa y placentera. Realmente parece que ese sea el lugar donde cada uno pueda inspeccionar un poco más a fondo esa persona que todos llevamos dentro y a veces, incluso a pesar de nosotros mismos, nos sorprenda ante la reacción a determinados eventos. En forma de loco o de cisne, Mia emerge y sumerge en una novela introspectiva del género humano, a través de mujeres de diferentes generaciones; con sus épocas vividas y el equipaje que el tiempo va cargando en nuestras memorias. Un retrato también romántico de la vejez, sin estar exento por ello de la ingratitud que pueda conllevar el paso de los años. A mí manera de ver, un camino ciertamente optimista que recorremos por las páginas de esta novela acompañando a su protagonista, intercambiándonos con ella en algunas ocasiones, sin dejar de pensar en el loco yo que cada cual lleva dentro.

Aunque es Suecia y no Bonden, acontece un lugar donde mirarse a uno mismo en un reflejo sincero

martes, 21 de febrero de 2012

Lecciones de olvido

Existen algunas veces en las que sientes un vacío muy grande cuando terminas una historia; abandonar a sus personajes, dejar de formar parte de ese retal de mundo que construyen las páginas de una novela. Jack y Meera me han dejado esa sensación. Quiero más de su India, del descubrir una cultura nueva y atrayente para mí, de su fuerza, de ese afán de superación para rehacerse cada día, para no olvidar que ahí está un futuro que puede construirse mejor, precisamente mediante duras lecciones de olvido que nunca dejarán de formar parte de las personas que somos. Un Jack y una Meera que son padre y madre, con esa comprensión y paciencia que solo esos seres queridos son capaces de darnos a unos hijos algunas veces injustos y exasperantes.

Sus caminos se encuentran en el ojo del ciclón sin saber si a la salida lograrán la ansiada calma.

lunes, 20 de febrero de 2012

Las ranas

Sería injusto decir que Aristófanes ha caído en mis manos como lo hacen otros autores. Mi primera comedia griega ha llegado fuertemente recomendada por alguien a quién era difícil negarle al menos el intento y debo decir que ha sido una grata sorpresa leer este título, a pesar de esas notas eternas que pueblan las ediciones clásicas sin las cuales sí, de acuerdo, perderíamos mucha esencia del texto, pero seguramente retrasarían la presbicia de muchos unos cuantos años.
Mentiras, engaños, tratos y disputas, envuelto en un humor de calidad que no se aleja para nada de ciertas situaciones en las que podría verse envuelto uno hoy en día aunque en un escenario con algo más de empaque. La única diferencia es que no seríamos dioses, por suerte, tampoco esclavos.




domingo, 19 de febrero de 2012

El imperio de los signos

Aunque esta vez sea sin zapatillas (ver entrada "de que hablo cuando hablo de correr"), con Roland Barthes viajamos a la magia del país del sol naciente. Un ensayo delicado y sutil, atento a aquellos aspectos irrelevantes que en muchos casos, hacen de la sencillez un arte. Es posible que exista algo de imparcialidad en mi opinión hacia todo lo referente a la cultura japonesa; única y etérea me fascina en todos los sentidos. Es posible que, al fin y al cabo, un gesto con un pincel, una manera de comer, o el tabique de una casa, sean objetos similares en cualquier lugar del mundo, es posible que a un único trazo no se le pueda llamar arte, ni poesía a las pocas palabras de sus haikú, pero el autor consigue que lo creamos en este texto con más de un argumento que podría convencer al más escéptico.

La tarde, el otoño,
pienso tan sólo
en mis padres (haikú)

sábado, 18 de febrero de 2012

De que hablo cuando hablo de correr

Murakami nos permite adentrarnos un poco mas en su mundo y en su vida, en ese áurea especial en el que parecen envueltos sus personajes y creaciones.
Corremos a su lado a lo largo de 300 páginas en diferentes ciudades, en la historia de una vida. Si te gusta correr, desearás en cada página calzarte tus zapatillas